Uno de los elementos fundamentales y motor del asentamiento romano en el
territorio ecijano fue el río que
por ella pasa, el Genil o Singilis romano. Coincide la ciudad en su
tipología con los idealismos que nos cuentan los tratadistas romanos como Catón
(De Agri Cultura, I, 3) al igual que Columela (De Res Rustica
I, 2, 3) o Vitruvio (De Architectura, I, V 1-5). Todos manifiestan en
sus tratados la importancia de la situación de la ciudad cercana a un río
navegable, con facilidades para dar salida a la producción y entre vías
transitadas.
El río Genil constituye una pequeña cuenca hidrográfica gracias a las
aportaciones de una serie de ríos menores (Salado, Cabra) y arroyos (Saladillo,
Benavides, Hondo, Mochales, del Caño, Alcotrista, de la Serrezuela), y
representa la mayor aportación de agua al caudal del Guadalquivir,
especialmente en primavera y otoño, debido a su régimen pluvio-nival.
Igualmente estas crecidas equinocciales favorecerían el transporte de los productos
de la campiña al coincidir las crecidas del río con la época de almacenamiento
y cosecha.
El río Genil constituiría el factor esencial de la economía de Astigi.
Una de las pruebas de la navegabilidad del Genil en la Antigüedad es el texto
de Plinio (NH III, 3, 12):
“Singilis fluvius in
Baetim quo dictum est ordine inrumpens, Astigitanam coloniam adluit cognomine
Augustam Firman, ab ea navigabilis”
Otro factor que demuestra el tránsito fluvial, es el gran número de
alfares registrados en sus riberas, nos atestiguan la estrecha relación
existente entre navegabilidad fluvial y fabricación de ánforas, recipiente que
pese a su dificultad de manejo y fragilidad, era el más adecuado y barato para
el transporte del aceite en grandes cantidades por vía fluvial; por otro lado
tenemos restos de obras de fortificación y protección de la ribera del río en
“Huerta Primera del Valle”, a unos dos Kilómetros de Écija, e indicios de la existencia
de un puerto o esclusa de regulación en Las Delicias, a cinco Kilómetros de
Écija, en base a la marca P. S. AVITI y variantes (Portus Sed (?)).
El abandono de estas obras de regulación y fortificación determinarían
que el cauce, cuyo antiguo trazado parece ser más rectilíneo que el actual a
juzgar por la situación de los alfares, tendiera a la formación de lo que en la
comarca se denominan como islas. Esta inconsistencia del curso ha hecho que el
río a su paso por Écija haya sufrido diversas variaciones e inundaciones.
Parece ser que las obras de regulación para hacer
factible la navegación por el Genil, correspondan a época de la colonización de
César y Augusto, como consecuencia de la estrecha relación que hay en la
fundación de la Colonia Augusta Firma entre colonización militar y
puesta en funcionamiento económico del valle del Singilis, lo que
implicaría la adecuación de vías navegables que facilitasen la comercialización
de su riqueza fundamental, el aceite.
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